El equipo de Punt de Vista queremos compartir con vosotros el proceso de reforma de un lavabo en el que hicimos un cambio 100% radical.

ANTES

Cuando llegamos a casa de los clientes, nos encontramos con un baño extremadamente pequeño. Todo quedaba enganchado y, sin embargo, no disponían de suficiente espacio para guardar todos las cosas que el baño requiere. Además, cada vez que los vecinos del piso de arriba iban al baño o se duchaban, el ruido de agua que se podía oir era horroroso.

 

DURANTE
No era poco la reforma de este baño. Para Punt de Vista era todo un reto y a nosotros nos encantan los retos. En primer lugar, insonorizar las tuberías que bajaban del piso de arriba, así conseguíamos reducir los ruidos. En segundo lugar, había que hacer una redistribución del espacio total. ¿En qué consistió? En el lugar donde estaba la bañera, pusimos el inodoro para poder ganar espacio. Pusimos la bañera junto a la ducha, lo que nos permitía acomodar una bañera más grande (de 1,70 metros) para que pudieran caber bien. La bañera era incrustada en la pared, aprovechando que había una columna. Como la bañera y la ducha estaban de lado, sólo había que poner un grifo de tres vías para poder hacer uso de las dos cosas.

La cerámica de la pared del lavabo decidimos ponerla de color blanco mate y con un relieve que juega con las profundidades. Escogimos el color blanco, para que el cliente nos lo marcó como premisa. En cuanto al espejo, hicimos una apuesta arriesgada pero muy funcional: un cristal retroiluminado, que permite hacer uso del baño sin tener que abrir la luz grande. Finalmente, el otro gran cambio fue el mueble del fregadero, que era de una sola pieza y mucho mayor. Con este cambio solucionábamos el tema de la falta de espacio y, además, resultaba mucho más fácil de limpiar.

 

DESPUÉS
El resultado final lo puede juzgar vosotros mismos. Logramos un aseo completamente diferente, moderno, funcional y bonito.