En Punto de Vista entendemos las casas como unos espacios vivos. Esto quiere decir que son unos espacios que evolucionan al ritmo que lo hace la vida de las personas que viven en ellos. Con el paso de los años, las necesidades de las personas cambian y, en muchos casos, lo que empieza siendo un núcleo familiar formado por dos personas crece. Esto es lo que les pasó a los protagonistas de la historia de un lavabo pequeño donde no cabían.

Laia y Luis se compraron un piso cuando se casaron. Este piso tenía un único baño. Al principio más que suficiente para los dos. Con el paso de los años ampliaron familia y, de repente, aquel baño práctico y funcional para dos personas se convirtió en un pequeño espacio de caos a compartir entre dos adultos y dos adolescentes.

Mientras las niñas fueron pequeñas, el baño seguía funcionando muy bien pero cuando se hicieron grandes ya no les servía. Las chicas se pasaban largos ratos en el baño poniéndose guapas y tenían mil y una cosas para guardar en el baño: cremas, la plancha del pelo, maquillaje … Paralelamente a esto, la bañera donde tan habían jugado las niñas pequeñas, cada vez resultaba menos práctica para los padres ya que les costaba entrar.

En este punto  se dieron cuenta de que el baño que tenían ya no estaba en la misma sintonía que sus vidas y apostaron por reformarlo. Y qué hicimos el equipo de Punto de Vista? Cambiamos de lado el fregadero para que quedara alineado en una misma banda el WC, ducha y fregadero. Así quedó un espacio más amplio para poder circular. Además, esto nos permitió poner un mueble alto y estrecho para que las chicas pudieran guardar sus productos. En conjunto, el diseño del espacio es minimalista, con la voluntad de aportar amplitud al espacio.

 

Laia, Lluis y las niñas están encantadas con el nuevo lavabo. Es práctico, funcional y rápido de limpiar y nosotros nos encanta haberles podido ayudar con una de nuestras reformas!